lunes, 24 de diciembre de 2007

A 14 años del funeral de Kurt Cobain


A 14 años del funeral de Kurt Cobain
por Alejandro Cerda Rueda

El pasado 18 de Noviembre de este año se cumplieron diez años del MTV Unplugged de Nirvana. Diez años desde que Kurt Cobain se despidió de la escena musical, de su público. Diez años que siguen sonando en el alma de toda una generación.
Kurt Cobain, Krist Novoselic, Dave Grohl y Pat Smear llegaron a su cita con MTV Unplugged para dar un performance jamás visto. ¿Quién podría creer que Nirvana, íconos y demonios del grunge, se desconectaran de sus sonidos rugientes y alternativos optando por lo acústico? Así fue, todos estaban ante la expectativa.
Aquel 18 de Noviembre de 1993 fue una noche muy fría en Nueva York, los fans se enfilaban desde muy tempranas horas para obtener la entrada privilegiada al magno evento. Los ensayos previos al lanzamiento por televisión del unplugged habían estado llenos de destellos, fallas y humores; pero la pregunta todavía rondaba por los aires otoñales de una generación en espera: ¿podría Nirvana tocar en acústico?
Nirvana salió a la escena del rock en 1991. Desde entonces, ellos mismos propusieron, junto con un bagaje musical y cultural bastante amplio, una nueva manera de tocar la música. Sus conciertos, atiborrados de cientos de sedientos adolescentes llenos de acné angustiante, eran una prueba de ello. Había cientos de ventas y aplausos; pero el logro más espectacular que Nirvana ocasionó en la era musical de los 90’s fue revolucionar y salvar el rock. Sin embargo, el aplauso más aturdidor y trascendente durante aquella noche “desconectada” no fue el aplauso de un público presente o televidente sino el de una escopeta.
Los aplausos, tan evasivos para Kurt Cobain, se hicieron notar en el momento en que la banda entró al escenario. La gente esperaba, entusiasmada, oír sus grandes éxitos. ¿A qué sonaría Smells like teen spirit sin la distorsion de la Jag-Stang de Kurt Cobain? ¿Lithium? ¿Y qué tal sus nuevas canciones del In Utero? Nirvana salió y la voz de su líder se hizo notar: “Buenas noches, esta canción es de nuestro primer álbum, no muchos la conocen.” Era About a girl, una canción escrita por Kurt Cobain para su primera novia Wendy; composición sencilla y ligera al oído. A ésta le siguió Come as you are; ante dicha canción se escuchó un rugido de aplausos de los fans: ¡Qué manera de adaptar el grunge a lo acústico! ¿Cuál le seguiría? ¿Breed? No.
Jesús doesn’t want me for a sunbeam. ¿¡Qué!? Nadie conocía esta canción escrita por los Vaselines tomada de una composición religiosa. Además, lo insólito, Krist Novoselic dejó el bajo y empezó a tocar el acordeón. Típico de Nirvana; siempre sorprendiendo a los incrédulos del mainstream. Sucesivamente, le siguió otra sorpresa. Ahora, una composición de David Bowie, The man who sold the world. ¿Qué estaba pasando en ese entonces? No se sabía aun pero la música de Nirvana llevaba a la audiencia a otro nivel teniendo como líder a Kurt Cobain.
Kurt era un líder que se daba el lujo de estropear canciones o equivocarse y reírse de sus errores. Poseía ese toque humano de ser superestrella dotada de un genio imprescindible, podía verse al espejo y decir: “¡Ja!, eres una burla. No vales nada.” Nirvana fue humano y como todos nosotros cometieron errores. Durante la sesión del unplugged, la guitarra de Pat Smear estaba ligeramente desafinada mientras que Kurt únicamente sonreía. ¿Qué estaría pasando? Nirvana estaba pasando.
El público que pretendía sorprender a los artistas con aplausos y augurios, fue quien quedó sorprendido por los juglares que transmitían el grunge con sus acrobacias. Kurt Cobain estaba exponiendo su manera de ser; abría los secretos que guardaba dentro de su corazón iluminado por sombras enigmáticas. Y así es cómo las canciones fueron vivenciadas una por una. Un solo de Kurt Cobain, en el cual se equivocó en las letras, silenció a los espectadores. El auditorio observó hipnóticamente mientras la voz agraviante de Kurt Cobain cantaba la última estrofa de Pennyroyal tea. Algo pasaba en ese entonces, la audiencia lo desconocía y los camarógrafos también. Pero parecía que esa noche de Unplugged fue algo más que un simple concierto acústico; eso se convirtió en un rito. Dumb, Polly, On a plain, Something in the way (esta última recortada del Unplugged original pero incluida en el disco compacto) fueron veladas como ceremonia de algún ritual.
Y por fin... la sorpresa que todos habían esperado. Semanas antes se había rumorado que Nirvana iba a tener a unos invitados sorpresa. ¿Quién? ¿Quiénes? ¿Eddie Vedder de Pearl Jam? ¿Neil Young? ¿Courtney Love? Toda la audiencia esperó la entrada de los siniestros. Y con ustedes: ¡THE MEAT PUPPETS!
¿Qué? El auditorio quedó ofuscado nuevamente con la táctica de lo inesperado. ¿The Meat Puppets? Fuera de un sencillo que tuvo éxito en MTV, sus canciones únicamente eran escuchadas en el college radio o por fanáticos que desmeritaban el populismo musical, pero Kurt les debía mucho. Gracias a su música y a la de muchos otros artistas como The Vaselines, William Burroughs (escritor de la generación Beat), Velvet Underground, The Shocking Blue, The Knack, The Melvins, Sonic Youth, entre otros, es como Kurt Cobain llegó a formular la plasma del grunge. Gracias a los hermanos Kirkwood, que componían dos tercios de la banda, es que Cobain logró reinterpretar al rock moderno y definirlo bajo su propia etiqueta.
Cobain dejaba la guitarra y soltó la voz para interpretar 3 canciones de los Meat Puppets. Las canciones eran agradables. Después de esta interpretación nirvanesca, las ventas de los discos de The Meat Puppets subirían en un 10% al día siguiente.
El surgimiento de Nirvana en la escena musical no fue fortuito. Durante la década de los 80’s, la cultura underground, oculta detrás de las sombras del glam rock y el pop, emergía paulatinamente; hasta que a principios de los 90’s es que por fin salió a la luz pública con el movimiento de Seattle. Esta cultura emitió su propio sonido y su propia manera de ver al mundo. Curiosamente, de todas las bandas que salieron de este movimiento, Nirvana, además de los Smashing Pumpkins que salieron años más tarde, no provenía de Seattle. He ahí el estilo sencillo y original de Nirvana. Todo lo demás fue populismo comercial, bandas clonadas a la talla de Nirvana y otras maquiladoras que nunca lograron lo que Kurt Cobain y Nirvana emprendieron. Nirvana le dio una bofetada a la cara del rock.
Casi para finalizar el rito acústico, Nirvana tocó All apologies con magna fragilidad y sintonía desde el fondo del alma de Kurt. Esta entonación confirmaba el lugar de Kurt Cobain en la escena musical de los 90’s. A finales del siglo XX, Kurt Cobain se había transformado de ser una persona rebelde y líder de toda una generación X a ser el poeta del grunge. La canción acabó y las risas se hicieron notar ante los comentarios sarcásticos que proyectaba Kurt Cobain sobre la industria disquera; tras vestir una máscara de cómico andante, Cobain dio introducción a la siguiente canción. Todos esperaron, indudablemente, ya habían sido preparados para otra sorpresa. Quizás la sorpresa era que por fin iban a tocar un éxito del radio amigable. Tal vez era una canción inédita o la sorpresa radicaba en que ya era todo.
Where did you sleep last night?, cover de Led Bedley, jazzista de tiempo atrás, fue convocada en ese momento. Otra sorpresa a la Nirvana. La canción empezó y con ella un elenco de armónicos perfectos hacia el alma del escucha. Todo fue silencio ante el declive de la tonada, Kurt susurró algunas letras y la música disminuyó en tono. ¿Será el fin?, tal y como Jim Morrison alguna vez nos dijo: amigos, esto es el fin...
No. Kurt exhaló con toda el alma las últimas líricas; gritos que rompían con su silencio. Estos no eran gritos espantosos; eran gritos de dolor placentero y viceversa; gritos de los recuerdos que pasaban en unos segundos a través de los ojos cerrados de Kurt. Y de repente cesó... Cobain exaltó una mirada... tan sólo una mirada. Esa mirada que proyectaba las angustias, su dolor, su finalidad como artista con corazón roto, su devoción a la música y no al mainstream, su ansiedad, su fidelidad hacia su obra; su mirada que lo decía todo: he acabado. Los ojos de Kurt Cobain lloraron antes de volverlos a cerrar, acabó con la canción y se despidió del escenario.
La gente emitía una descarga catártica por medio de inmensos aplausos y chiflidos. La audiencia quería que tocara otra canción. El productor del programa se acercó a Kurt pero éste le respondió: “No puedo superar eso.” Una respuesta más que honesta por parte del poeta del grunge.
A 10 años del Unplugged de Nirvana en Nueva York todavía quedan interpretaciones por realizar. Kurt hizo de este evento más que un simple concierto “desconectado”. No fue únicamente por las líricas o por los atuendos, o por el escenario, o por las canciones, o por los invitados sorpresa, o por todo aquello que pudo movilizar dentro de nosotros con simples alaridos, quejidos y murmullos. Kurt Cobain hizo de este Unplugged algo más; hizo del concierto acústico su funeral. La velada en un escenario sombrío lleno de stargazer lillies que escenificaban su tumba anunciaban que Kurt Cobain se desconectaba; con las velas consumiendo la luz que poseía por dentro, así es como el cantante tuvo el último adiós con la gente que lo escuchaba. Su pasado, aturdido y proyectado en sus canciones, los errores, su talento, las fallas humanas y la mirada son lo que le dieron acceso al Olimpo musical. Esa mirada que lo anunciaba todo: he acabado; Nirvana ya no existe; yo ya no existo; gracias por acompañarme pero yo hasta aquí he llegado.
Abril 7, 1994. A casi cinco meses del concierto acústico de Nirvana en Nueva York, Kurt Cobain fue encontrado muerto en su casa en Seattle, Washington con un escopetazo en la cabeza: Kurt Cobain se había suicidado. Nirvana Unplugged in New York queda como una reliquia y como el último adiós de Kurt Cobain a sus fieles seguidores; aquel canto de luto en su funeral. Es mejor arder que extinguirse, escribió Kurt Cobain en su nota suicida. Es mejor arder que extinguirse...


*El autor quisiera agradecer la participación de Luis Rubí en la revisión del artículo

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